Dios es
Eterno
porque, si hubiese tenido principio, hubiera salido de la nada, o hubiese sido creado por un ser anterior.
Así es como, de grado en grado, nos remontamos al infinito y a la eternidad.
Inmutable
porque, si estuviese sujeto a cambios, ninguna estabilidad tendrían las leyes que rigen el universo.
Inmaterial
es decir, que su naturaleza difiere de lo que llamamos materia, pues de otro modo no sería inmutable;
porque estaría sujeto a las transformaciones de la materia.
Único
porque, si hubiese muchos dioses, no habría ni unidad de miras, ni unidad de poder en el
gobierno del universo.
Omnipotente
porque es único. Si no tuviese el poder soberano, habría algo más poderoso que él o tan poderoso como él;
no habría hecho todas las cosas, y las que no hubiese hecho, serían obra de outro Dios.
Soberanamente justo y bueno
La sabiduría providencial de las leyes divinas se revela así en las más pequeñas, como en las más grandes cosas: y esa sabiduría no nos permite dudar ni de sua justicia,
ni de su bondad.
Extraido de “El Libro de Los Espiritus” - Allan Kardec
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